Trascender la polarización a través de la ley universal


Vivimos una época de gran conflictividad mundial. Las diferencias de ideas, conceptos e intereses entre humanos genera guerras y luchas político-sociales que pueden llevarnos a la autodestrucción. Mi país: Venezuela,  actualmente es una de las muchas muestras de los efectos de la extrema polarización.
Por ello, más allá de posturas emocionales o intelectuales, he estado buscando una visión más espiritual de todos estos conflictos.

Una de las leyes universales enseña el principio de la polaridad, según el cual  "todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse."

Bajo este principio se explica todo lo que en el mundo conocemos como el gran antagonismo entre el bien y el mal,  extensible a todos los antagonismos que vivenciamos en la sociedad.

Tal como se señala en el artículo publicado en este mismo blog, titulado Leyes universales y espirituales, "todo en la naturaleza se manifiesta dualmente: lo lleno y lo vacío, lo masculino y lo femenino, lo alto y lo bajo, los cationes y los aniones, lo frío y lo caliente, la vida y la muerte, la vigilia y el sueño, lo celeste y lo terrestre, el hombre y la mujer, lo bueno y lo malo."


En consecuencia, bien vale reiterar lo que se expresa en los espacios de Argos en la red, recordando que vivimos en un mundo dual, siendo parte de nuestro aprendizaje saber dominar tal dualidad.


"En ese aprendizaje, la clave se halla en entender que los opuestos son idénticos en naturaleza, pues no son más que los extremos de una misma cosa". Por tanto, las polaridades extremas manejan la misma energía, a pesar de que en apariencia sean diferentes. 


"Esto ocurre porque nuestra tarea es aprender por contrastes. Por ejemplo: sabremos qué es la luz únicamente si antes hemos visto oscuridad. La tristeza pone en relevancia la alegría. Comprenderemos lo que es bondad si existe la idea de lo que es maldad. La enfermedad nos brinda la percepción nítida de lo que significa la salud."


El punto medio de la polaridad


Manejar sabiamente la Ley de Polaridad ayuda a transmutar las situaciones conflictivas tanto internas como las de nuestro entorno. Aunque, en primera instancia debemos entender tanto los extremos como los matices de los polos opuestos; y ello muestra un camino medio.

Pero ¿de que se trata ese camino medio? Por lo general se concibe el camino medio de una situación polarizada como la tendencia neutral, que no comparte ni una visión ni la otra, o las tendencias que se ubican en puntos intermedios (moderados) entre dos posturas contrarias. Este camino suele ser muy criticado por los extremistas, en rechazo a lo que se considera una posición tibia (*).


Sin embargo, ni el extremismo ni la "tibieza" resuelven definitivamente la polarización. De ahí que muchas manifestaciones y movimientos en pro de la paz mundial a veces parecieran caer en un saco roto, mientras los polos siguen en pugna.  
Hace falta una visión más profunda, y tal visión solamente es proporcionada por la espiritualidad.


Buscando el punto de trascendencia


Desde una perspectiva superior, la polarización se resuelve a través de su trascendencia o transmutación. Sobre ello, un artículo de José García Lozano titulado "Polaridades, naturaleza mental y psicoterapia" señala lo siguiente: 

Para trascender la polaridad  "haría falta situarse en un plano superior... es decir, situarse en una visión espiritual....Allí es donde los polos se juntan y desaparecen en una experiencia más allá de la dualidad y una certeza espiritual que sobrepasa cualquier reflexión intelectual".


Matemáticamente la diferencia entre el camino medio entre dos polos y el camino de trascendencia  se grafica mediante una línea recta y un triángulo, respectivamente. 




De esta forma, en una línea recta las tendencias opuestas se colocan en los extremos, estando el camino medio en el centro de la línea , lo cual lo ubica al mismo nivel de las polaridades. 


En cambio, en un triángulo, los dos polos se colocan en la base (línea recta horizontal), mientras el punto de trascendencia se ubica también en medio de las dos polaridades, pero en un plano superior, convirtiéndose en el tercer vértice del triángulo.  Ese vértice ayuda a ver la polaridad desde otra perspectiva y -lo más importante-, esotéricamente este punto representa la síntesis de las dos polaridades.


La visión esotérica de la polaridad


Hablar de "trascender la polarización" resulta ambiguo si no se analiza la perspectiva esotérica de la Ley de Polaridad, desde la cual la trascendencia es parte del proceso de ascensión.

La ascensión es más que una frase cliché, propia del movimiento "new age" (Nueva Era), siendo el resultado de trabajar espiritualmente a fin de aumentar nuestro nivel vibratorio (Ley de Vibración). 


Mientras nuestro campo energético vibra más rápido, nuestra consciencia se ubica en planos más sutiles, aun cuando permanezcamos en el mundo físico. Con ello vamos superando (trascendiendo) los defectos de nuestra personalidad.

¿Y cómo trascendemos nuestra parte oscura? Pues solo conociéndola, aceptándola e integrándola. Nunca mediante la negación, el rechazo y la demonización.  Ese es el reto de la ascensión. 

A nivel colectivo, también los conflictos -sobre todo aquellos donde hay extrema polarización-  pueden superarse si se encuentra ese punto de trascendencia. Sobre ello, la canalizadora Brinda Mair dice: 



"El Uno vibra en los Universos de Luz. Luz y oscuridad, el bien y el mal y todos los antagonismos manifestados en el mundo visible son parte de ese Uno. Para que todo lo que existe en el Universo kármico ascienda hacia la luz, se requerirá que las polaridades se unifiquen. Ni el bien ni el mal pueden ascender por sí solos porque solo son una parte del Uno.  Mientras sigan luchando entre sí, la ascensión no será posible. Solo lo será si se abandona la lucha. Para ello es necesario ver mas allá de lo que nos ata al conflicto  y superar la polaridad transmutando a través del rayo violeta. De ello surgirá la síntesis donde las polaridades volverán a ser Uno..."

La Ley de la Unidad afirma que todos somos UNO, y ese Uno puede concebirse como la fuente, Dios, o cualquier otra denominación mediante la cual cada quien asuma el origen de la humanidad.  Sea cual sea la creencia, es un principio universal que "todo debe regresar al UNO tal como vino, unido. Pero antes, las polaridades deben diferenciarse crudamente". 

Mair destaca que "una de esas polaridades es la que muestran los medios masivos y los hechos sociales. La labor de la espiritualidad en general, también cumple su parte en el mismo Plan, mostrando que el mundo puede ser bondad y bien. La Sabiduría del Universo está reuniendo lo que solo era UNO, y por más que nos pese, el UNO no es sólo lo bueno que queremos ver.

Si lo ignoramos, si no podemos aceptar que todos los males del mundo que hoy se están viendo con tanta claridad también nos pertenecen, se nos dificultara unificar el mundo de las energías más ancladas en la materia. Cuando comprendemos, podemos amar lo distinto sin juzgamiento."

Tal idea ayuda a comprender que la UNIDAD se encuentra cuando nos alejamos de los opuestos, aunque previamente es necesario experimentar cada uno de los extremosEn consecuencia, la trascendencia es una ruta a transitar y no una postura en la cual colocarse.

Ahora bien, si es difícil seguir tal  ruta  en conflictos personales, imagínense cómo será hacerlo en conflictos sociales. Entramos en temas que sobrepasan el alcance de este escrito, relacionados con el karma (Ley de causa y efecto) que experimentan grupos sociales y naciones, unido al inconsciente colectivo


En este caso, hay que integrar un nuevo elemento, que tiene que ver con  generar masa crítica, según la cual  si un número suficientemente grande de personas adquieren un nuevo conocimiento o forma de ver las cosas, esto se propagará por toda la humanidad. Ello pasa por interiorizar la Ley de Mentalismo,  aceptando que nuestros pensamientos crean nuestra realidad.



NOTA: (*) La biblia hace mención a los tibios en Apocalipsis 3:14-22



Escrito por Glenda González

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